Cuando mi amiga Mar me prestó los libros, me dijo: "Si entra alguien a tu casa y te dice los libros o la vida, vos decís la vida".
Con toda esa responsabilidad encima, metí los libros en mi bolso y me aferré a él. Durante las diez cuadras que separan la plaza donde estábamos de mi casa, caminé a paso rapidito, apretando el bolso contra mi pecho, como si llevara un tesoro. Bueno, era un tesoro. Porque eran los libros de mi amiga y porque eran dos libros de Julio Cortázar.
Cuando llegué a casa y hojeé mi botín, no podía creer lo que tenía en mis manos: el libro Julio Cortázar, de la fotógrafa argentina Sara Facio, y otro libro más, que bauticé como el libro más hermoso que ví en toda mi vida: Cortázar de la A a la Z.
Habíamos quedado en que se lo devolvería al sábado siguiente. El tema es que yo estaba tan fascinada con este libro en especial que estuve toda la semana pensando excusas para no devolvérselo (sí, soy de lo peor). Finalmente me apiadé, porque como ella es mi amiga y la quiero mucho, no iba a clavarle una daga en el corazón con una actitud como esa (no, no soy tan de lo peor). Pero necesitaba ese libro en mi librero.
Vimos que lo estaban vendiendo en internet a un precio tan hermoso como el libro, hice click y lo compré. Tuve que esperar diez días para que me llegara, no sé por qué el paquete juntó cualquier cantidad de millas yendo de una punta a la otra de la ciudad y alrededores. Confieso que caminaba por las paredes, esa espera no era buena para mi ansiedad. Resumiendo: al décimo día la página del correo me avisó que ya estaba en sucursal y me fui volando a buscarlo. Felicidad absoluta.
Este libro es maravilloso porque es un álbum de fotos de él, de su familia, de sus libros, de sus manuscritos, de fragmentos de sus textos, de notitas escritas de puño y letra, de entrevistas, de su vida. Todo ordenado alfabéticamente. La edición es una belleza; en el margen se ve un índice, como los que había en las antiguas agendas telefónicas, detalle súper original bien acorde a la temática del libro. Fue editado por Alfaguara en el 2014, con motivo del cumpleaños número 100 de nuestro amigo y tiene 303 páginas de puro Cortázar. Hiperventilo cada vez que lo abro.
Ahora me dieron ganas de releerlo. Me voy, ¡nos vemos la próxima!