CUENTAS PENDIENTES: REFLEXIONES DE UNA LECTORA REINCIDENTE
Vivian Gornick
"Cuando leo, el mundo sigue pasando a un segundo plano".
"Leía siempre y con la única intención de sentir el poder de la Vida con mayúsculas, tal y como se manifestaba".
"Una vez más, me vi leyendo de forma distinta. Saqué los libros -sobre todo novelas- que había leído y releído, y volví a leerlos. Esta vez me di cuenta de que, independientemente de la historia, del estilo o de la época, el drama central de una obra literaria casi siempre radica en la naturaleza perniciosa de la división interna del ser humano: el miedo y la ignorancia que genera, la humillación que provoca, el misterio debilitante con que nos envuelve cual sudario".
"Me estremezco un poco más cuando pienso en todos los buenos libros que no estaba de humor para comprender la primera vez que los leí, y a los que nunca he vuelto".
"Nada más en mi vida -ni el amor, ni la promesa de riqueza o fama, ni siquiera la buena salud- estaría jamás a la altura de la sensación de estar viva para mí misma -ser real para mí misma- que me daba escribir".
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