MADE IN LANÚS
Nelly Fernández Tiscornia
Qué experiencia maravillosa es leer teatro, ¿no?
La historia transcurre en el patio de la casa de Yoly y el Negro, matrimonio de clase media trabajadora, que viven en Lanús, uno de los barrios de la zona sur del conurbano bonaerense. Yoly cose y plancha para afuera y el Negro tiene su taller mecánico. Mientras transcurre una tarde cualquiera, entran en escena Mabel y Osvaldo, que hace diez años se fueron a vivir a Estados Unidos (o Norteamérica, como le dicen el Negro y Yoly) y vinieron de visita por unos días. En realidad, Mabel y su hermano, el Negro, tienen una sorpresa para Osvaldo y Yoly: les van a comunicar algo que ellos no se imaginan. El tema será cómo les va a caer la noticia.
Escrita a mediados de los ochenta, con una democracia nuevita y con las heridas que dejó la dictadura cívico militar argentina todavía abiertas, la obra nos habla del exilio, la soledad, la familia, los recuerdos, la lucha, el trabajo, pero sobre todo, del sentido de pertenencia. ¿De verdad la solución es irse a vivir a otro país? ¿De verdad vale la pena quedarse a seguir trabajando de sol a sol luchando por el bienestar que no llega? Yoly se va a plantar y te lo va a explicar con todas las letras.
Si bien la obra tiene sus años, lamentablemente nos siguen pasando las mismas cosas. Por suerte, que te tengas que exiliar porque el gobierno te persigue para matarte, ya no pasa; la lucha por llegar a fin de mes, por tener un trabajo y un sueldo digno, por que no te falte nada, sigue. No importa cuándo leas esto.
Escrita en el lenguaje de todos los días (con palabras y frases que se usaban en los ochenta y que ahora cayeron en desuso pero suenan divertidas), uno no tarda nada en meterse en ese patio y vivir lo que les pasa a los personajes; te dan ganas de abrazar fuerte a Yoly y decirle que tiene razón, que somos muchos los que pensamos y actuamos como ella. Te quiero mucho, Yoly de Lanús.
No mucho tiempo después del estreno de la obra, salió la adaptación cinematográfica con el título Made in Argentina, dirigida por Juan José Jusid y con las actuaciones magistrales de Patricio Contreras (el Negro), Leonor Manso (Yoly), Luis Brandoni (Osvaldo) y Marta Bianchi (Mabel). No tiene desperdicio.
"YOLY: (...)Y tu taller, Negro... Tu taller. Vos vas a vender tu taller. Acordate del día que se incendió, vos no te acordás... Todo Lanús corrió. ¡Se incendia el taller del Negro! ¡El taller del Negro! Y te lo salvaron. Porque era tu taller. Porque acá, sos el Negro. El Negro sos. Y ¿qué vas a ser allá? ¿Qué?"
La última vez que leí dramaturgia fue en los noventa, cuando estudiaba Inglés. Me tocó My fair lady (Mi bella dama), obra que me acuerdo que me gustó. Volver a este género fue un placer y me desbloqueó un nuevo vicio.
¿Cómo te llevás con la lectura de obras de teatro?

No hay comentarios:
Publicar un comentario