ORGULLO Y PREJUICIO
Jane Austen
Es difícil hacer comentarios sobre este libro, un clásico ultra conocido que lo ha leído todo el mundo y su mamá. O casi. Además, el cine se ha encargado de hacer adaptaciones muy fieles y bellísimas, por lo que no tengo mucho más para agregar a todo lo dicho.
Es una novela costumbrista que nos pinta muy bien la sociedad inglesa de la época. En este caso, la historia se desarrolla fuera de Londres, pero eso no les impide a los protagonistas llevar una vida social bastante activa.
El matrimonio Bennet tiene cinco hijas y la única preocupación de la madre es encontrar buenos candidatos para casarlas. Las reuniones sociales son el escenario ideal para conocer muchachos que tengan un buen pasar económico y así asegurarles un buen futuro a estas chicas. Porque cuando papá Bennet se muera, la casona será heredada por un primo lejano (las mujeres no heredan) y las chicas corren el riesgo de quedar en la calle. Así era la cuestión hereditaria en esa época y muchas veces se arreglaban los matrimonios para no perder las tierras ni las propiedades. Qué decirte.
Las reuniones sociales, decía, eran bastante frecuente. Siempre había alguien que organizaba algún baile, o una comida, o invitaba a tomar el té. No faltaban los juegos de mesa, alguien que tocara el piano o los paseos por los jardines. Y siempre había algún regimiento cerca cuyos oficiales provocaban alborotos entre las jovencitas.
Me da mucha ternura y nostalgia ver que para todo se comunicaban por carta, tanto para hacer una invitación a cenar como para contarse los chismes. Qué hermosa costumbre que hemos perdido.
Al final, creí que no tenía mucho para decir y resulta que me pasaría horas hablando de esta historia. Confieso que me costó un poco leerla. Sucede que ví tantas veces la película (oh, Mr. Darcy) que la lectura no me generó la intriga o el suspenso que me provoca leer algo que no conozco. Así y todo, la he disfrutado y no descarto su relectura en un futuro.
Te comparto algunos de mis subrayados:
"Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa".
"A pesar de que Charlotte no tenía una gran opinión de los hombres, ni del matrimonio, siempre lo había ambicionado porque era la única forma honrada para una joven bien educada y de fortuna escasa y, aunque no se pudiese asegurar que fuese una fuente de felicidad, siempre sería el más grato recurso contra la necesidad. Este recurso era lo que acababa de conseguir, ya que a los veintisiete años de edad, sin haber sido nunca bonita, era una verdadera suerte para ella".
"-He luchado en vano. Ya no puedo más. Soy incapaz de contener mis sentimientos. Permítame que le diga que la admiro y la amo apasionadamente".
Podría seguir, pero mejor lo dejo acá. ¿Lo leíste? Nos leemos en la próxima.
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